avispones
todo marchaba bien por ahí en las llanuras desoladas de mi amor, cuando palpitaban los abrojos corríamos hasta ponernos las alpargatas. miré el atardecer en nueve segundos para no pincharme, tampoco quería agarrarme más piojos. en ese instante cuando atardecí sin blancas prendas, en sed de mojar hasta la sexta. si me encierran es porque lo pedí, las llaves se cuelgan en esa pared. todo marchaba bien, se hacían las tres, ¿qué es eso que sube por mis pies? es ese cariño del que huía, estornudé. se venían en tormentas desde el portón al bidet. no me dejaba moverme, grité, y era silencio. la fría gota amanecía en mis ojos, el zorro no ha venido, lejos a distancia se ve el viento corriendo aves. no obstante veo el techo, reprocho, se me enchastran todos mis antojos. la piel picada por mosquitos, y no por avispones.