Lo Espero para Dormir

Al primer día sin verlo mi corazón palpita, comienzo a respirar la almohada que contiene aun su perfume cual aire vital. Mis pensamientos giran en torno a su sonrisa. 
Aun no vuelve.
Lo espero.
Al segundo día sin verlo, sin tocarlo, la esperanza no me deja dormir. Me canto para así poder engañarme y dormir. Ya no queda su perfume en mi almohada.
Aun no vuelve.
Lo espero.
Al tercer día sin verlo, sin tocarlo, sin besarlo, es una pesadilla. Su nombre es solo lo que mi razón puede decir. La cama es un desastre y me hundo más en ella. No ha escrito ni llamado.
Aun no vuelve.
Lo espero.
Al cuarto día sin verlo, sin tocarlo, sin besarlo, sin amarlo, es depresión. Nada tiene color a mi alrededor. El sol se secó frito de soledad. No hay más nada que su figura desnuda (mi capricho de varón) que recorra mi pensamiento.
Aun no ha vuelto.
Pero ha dejado recado:
"Me voy a dormir, estoy cansado".

Y como tonta, ¡he de esperarlo!

Cómo si fuera tan sencillo pasar la quinta noche, sin verlo, sin tocarlo, sin besarlo, sin amarlo, sin respirar su dulce piel.
¿Será un delito amar? Muchos hombres me lo han comprobado. (¡No me recuerden mis errores, bien los he borrado!)
¿Qué tan díficil será abandonar la rutina por un poco de amor? ¿No es un placer divino? ¿Te ha mordido el amor cual trampa para ratones? ¿No querés sentir nuevas emociones?
¿No has todavía, mi amor, sentido como devora en carne viva la pasión? 
Dejame besar tu cuerpo, una y otra vez, y ésta vez por completo.

La quinta noche sin tí duele, pero duele más que serán más de diez, y quizás sea la eternidad.
Dormiré entre lágrimas con la esperanza de verte al otro lado de la cama.
Aun no vuelve.
Lo espero.










(dos mil quince)

Comentarios