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Mostrando entradas de marzo, 2017

Era todo muy blanco (o me olvidaba de algo)

Soñé que estaba en un supermercado haciendo las compras para la cena y cada vez que iba a la caja volvía para atrás porque siempre me olvidaba de algo.  Al principio era toda la comida en general y ahí empezaba la aventura, empecé comprando un par de verduras tales como cebolla, zapallito, zanahoria, tomates, paltas. Luego iba por los huevos y (desde que las conocí me encantaron) la masa de rapiditas Bimbo. Ahora sí, voy a la caja, hago fila como todos los demás y no quiero hablar de ningún tipo de supermercado en especial pero estoy casi segura de que era un TATA porque era todo muy blanco. Estoy en la fila, detrás de un par de señores pero muchos de ellos se intentar colar y armo un escándalo mayor de cómo usted se va meter adelante mío nonono, vaya pal fondo que me toca A MÍ. En fin estoy en la caja, a punto de poner mis cosas en la caja y sin mirar a la cajera me acuerdo de que me olvidaba de algo. Vuelvo a recorrer de nuevo el supermercado, pero ésta vez no era comida, era una toa

Nóiserped

Desperté sin saber dónde estoy. A kilométros de mi hogar, quizás. Con la panza vacía y ganas de llorar. O también estoy donde siempre supe, pero las luces están apagadas y me pierdo en la redundancia de esa oscuridad. Estoy lejos, lejos. Y más lejos siempre estás vos, riéndote cálido con la luna más blanca. Nadie me anhela, ni los viejos amigos, ni los vecinos, ni él ni su suerte. Estoy permutando los restos de mi valentía por unas horas más de sueño.

Rambla República Argentina esquina Paraguay

Arriba la primavera venía, e hizo que la lluvia no se presentase ese día. Con esmero y rápidez él diría algo que nunca sospercharía "Te quero pero no de esa forma, querida." Las manos sudaban, mi sangre hervía y ese incómodo silencio que se repetía. Ya no hay nada que empeore el día. Las lágrimas no se escondían y soltó  en darme las "gracias" cuando no lo merecía. El reloj a lo lejos corría, y yo en ésta burbuja que en dos segundos explotaría. Mi respuesta la cuento otro día porque recordar abre la herida. Y un beso en la frente me dejaría. Juro que lloré hasta el mediodía sentada en el mismo lugar creyendo tonta que se había acabado mi vida. (invierno, dos mil quince)

El beso primero

Corría el año dos mil diez, y yo era una nena de recientes quince años. Venía del liceo, caminando -ya que por suerte, vivía (vivo) a más de doce cuadras del Parque Rodó- con dos amigos, dos varones, casualmente, ninguno en edad me ganaba, pero de experiencia sobre besar era la más inocente. Uno de ellos, a cuál llamaré Sujeto D, teníamos una amistad muy simpática para nuestra edad y el otro supongamos que su nombre es Sujeto G, también era amigo pero las hormonas habían hecho que lo mirase de una forma distinta, una forma más erótica, más romántica, diferente. Caminamos hasta casi llegar a casa, hablando de, claro está, de cómo iba a tener ya quince años y ni un beso a un varón le había dado. Sí, me sentía mal, pero para mi pensar no había dejado aun el cuerpo  y las costumbres de una niña. Llegando a la esquina de mi casa, el Sujeto D le hace una señal al Sujeto G -algo que yo no me doy cuenta porque como siempre camino mirandome los pies- y bien, bien en la esquina el Sujeto D se al

18:44

Ojalá caigas a un pozo y no vuelvas Ojalá caigas a un pozo y respires. Sí, que respires. Y en lo más hondo de aquel pozo espero que encuentres tu redención. Volverás a tu pozo siempre. Ojalá que te caiga un embrujo que te haga poner de pie y te de alas Y otro embrujo para que en lo más alto tú te caigas.

para N.

(retazos de mi diario de viaje por Argentina mayo-julio 2016) Te hice una carta mientras te veía dormido, probablemente no la hayas leído. Decía que muchas gracias por las buenas noches y todos lo errores que no cometímos. La carta va con miedo de perderte sobrio, de que ya no me recuerdes del modo en que yo quiero. No tengo miedo a tu olvido y con agradecimiento te digo qué bueno haberte conocido. Sé que jamás nos volveremos a ver, y sé perfectamente lo que no olvidaré y es ese silencio que se produce cuando me miras fijo y sé claramente lo que tú has dicho.

páginas de cuadernos usados vol.2

(en algún lado por el norte argentino, junio 2016) ¿Será azar o el destino? ¿qué fue lo que me llevó a estar contigo? ¿Será mi suerte agrandada o era una cita ya programada? Estoy a punto de caer al olvido porque ya no más tiempo o quizás es mi miedo de no volver jamás. ¿quién enciende ésta llama? ¿a quién llamo con tanta pasión? ¿qué me hace pensar que tal vez irme fue un error? ¿Será azar o el destino? El camino que me lleve a tu delirio. No es la puerta es el pestillo que no funciona bien. No es orgullo es la timidez que no funciona bien. No es amor, es atracción que no funciona bien. Y te confunde,  te marea  como perro solo por la carretera. No es misterio, es la mala prensa que no funciona bien. No es el ruido, es el volumen que no funciona bien. No es la constancia, es la paciencia que no funciona bien. Y te confunde, te marea como perro solo  por la carretera. No son las ganas,  es esperarte, a q

¿Te dije el otro día que soñé con vos?

Era de noche, el jazz sonaba fuerte, yo miraba desde la calle. La ventana del bar que desprendía las luces claras y la gente que salía de a montones por la puerta zaguán. Todo era normal. Todo era banal y la temperatura del ambiente parecía neutral. Los amigos hablaban, reían y comentaban sobre aquella música armonizaba la cercana vista al mar. Como de costumbre encendí un cigarrillo después que claro la cerveza se había consumido entera en mi mano. De pronto, las luces son más y más amarillas pero nadie grita ni parece alertada por la situación tal parece que era porque estaban muy antentos a la música que desprendía el saxofón. Las luces amarillas seguían, intermitentes. Todo era normal. Mire por costrumbre al piso porque es así como apago mis cigarrillos, y de pronto, noto como pequeñas cucuarachas se desprendían de mis zapatos, miraba a mis alrededores y a nadie parece extrañarle mi situación porque seguía sonando (cada vez mejor) el saxofón. Mi pánico aumenta pero no puedo habla

páginas de cuadernos usados vol.1

7/3/2017 pocitos, montevideo: nota mental: la lluvia se venía, las plantas observaban y desde arriba lo veo reflejarse por la luz amarilla (la mueca que hace cuando se excita) me encanta, me aniquilia,  me hace querer hacerle el amor durante todo el día. Semilla, semilla, semilla, te pido un deseo. Semilla crece fuera y dentro de mi, date prisa, envíale éste saludo humilde a él, que no me escucha pero de lejos me guía. Semilla, semilla de la vida, dale las gracias por hacerme ver que no estaba perdida, dile que lo quiero en mi vida. Semilla, somos ese retazo de vida que late enseguida cuando punza la herida. Gracias a ti Semilla, por tu vida en la tierra y tu voz que da armonía. Volveré a retomar el sueño como me dirías, Semilla. Pero dudo que me escuches porque aun no existes adentro mío, Semilla. Todo mi cuerpo te espera con ansías, el día de tu bienvenida, Semilla mía. No te olvido: Aun no llegó el día que me quieras pero por éstos años que restan, está bien