Era todo muy blanco (o me olvidaba de algo)

Soñé que estaba en un supermercado haciendo las compras para la cena y cada vez que iba a la caja volvía para atrás porque siempre me olvidaba de algo. Al principio era toda la comida en general y ahí empezaba la aventura, empecé comprando un par de verduras tales como cebolla, zapallito, zanahoria, tomates, paltas. Luego iba por los huevos y (desde que las conocí me encantaron) la masa de rapiditas Bimbo. Ahora sí, voy a la caja, hago fila como todos los demás y no quiero hablar de ningún tipo de supermercado en especial pero estoy casi segura de que era un TATA porque era todo muy blanco. Estoy en la fila, detrás de un par de señores pero muchos de ellos se intentar colar y armo un escándalo mayor de cómo usted se va meter adelante mío nonono, vaya pal fondo que me toca A MÍ. En fin estoy en la caja, a punto de poner mis cosas en la caja y sin mirar a la cajera me acuerdo de que me olvidaba de algo. Vuelvo a recorrer de nuevo el supermercado, pero ésta vez no era comida, era una toalla de bebé particularmente de la línea Disney. Casualmente en lo que parece una góndola (también parece ser una nevera de esas dónde están las bebidas frías al fondo de todo supermercado) se encuentran las queridas toallas para bebé, son para recién nacido, son chiquititas y vienen sólo en los colorcitos de azulcito varón y rosadito nena, lo que causa mi duda, ¿cuál llevo?. Bien, empecemos por desmarañar el hecho de que ahora en mi sueño adentro de un supermercado del que no me puedo ir comprando cosas para una cena que no voy a comer, estoy embarazada. Sí, emba-ra-za-da. Y ahora que sé que estoy embarazada también sé hace cuánto que estoy gestando y voy recién por el primer trimestre, bueno, he de creer porque desconozco el sexo del bebé en cuestión. Buscando entre toallas de héroe y princesita encuentro una de un color verdecito pastito alternativo y me la llevo. Ahora sí, voy a la caja. Estoy haciendo la fila y veo a mi padre y su mujer, Mónica, ella viene a saludarme y a decirme ¡Vania, vení, no hagas fila acá si por allá hay una caja libre, pagás con nosotros! entonces la sigo y le cuento lo que me había pasado, mi situación de que casi me voy sin haber llevado la toalla para el futuro bebé y que encontré una de ese verdecito bebé divino y vólatil me contesta ¡claro, si vos no sabés qué vas a tener! Vamos a la caja y empiezo pasar las verduras, rapiditas, los huevos, la toalla, y en ese instante veo detrás de la cajera y hay una neveras llenas de Coca-Cola pero ninguna es chica o regular como a mi me gusta. Le digo a la cajera, para que de algo me olvido y quiero ir pero me dice Mónica que dale nos vamos y yo en mi negación total que no me puedo ir sin olvidarme de nada y vuelvo hacía atrás porque yo sabía de que algo me olvidaba.



Y desperté.

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