Nóiserped

Desperté sin saber dónde estoy. A kilométros de mi hogar, quizás. Con la panza vacía y ganas de llorar. O también estoy donde siempre supe, pero las luces están apagadas y me pierdo en la redundancia de esa oscuridad. Estoy lejos, lejos. Y más lejos siempre estás vos, riéndote cálido con la luna más blanca. Nadie me anhela, ni los viejos amigos, ni los vecinos, ni él ni su suerte. Estoy permutando los restos de mi valentía por unas horas más de sueño.

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