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Mostrando entradas de mayo, 2017

3:53 PM

Estoy buscando que se enojen conmigo así me da motivos para comprarme cigarrillos. Porque, ¡qué manía tan grande ser la nueva reina del drama! Culpar a otros por cosas que no me dan la gana. Así espero caer muerta al piso frío, con las manos bien puestas en los bolsillos.

El calefón estaba apagado y yo llegaba tarde

Lucía y su valija. El escuadrón de hinchas que corre por la calle. Los vecinos que se quejan una noche por no dormir. La gata en el balcón, asomando la cola al ventilador. Tallulah y la cocaína. El penúltimo intento antes de salir de la cama. Las cuadras en forma de laberinto de Pocitos. El abrazo que me da, sabor a chocolate amargo. Vania y el llanto. El pétalo que cae antes de que se rompa el hechizo. Los bruscos movimientos del viento en mi calle. La tríada de versos, es lo que no entiendo.

Garantía

Es cierto que hay que mirar  ambos lados antes de cruzar la calle. Es cierto que hay que esprar un par de horas antes de entrar al agua. Es cierto que hay que fallar repetidas veces antes de apreciar la vida. Es cierto que hay un mañana prometedor antes de mencionar cómo va a estar el clima. Es cierto que por más que intente caminar recta antes tuve que tropezar y raspar las rodillas. Es cierto que antes de romper, supímos su garantía. Y nada más dulce que el olor a la plusvalía. Es cierto que a cada paso que doy antes me aseguré de seguir el camino mejor. Cuánto más ciertas sean mis palabras más demorará en caer la fruta de la definición que me incomoda. Y son ciertas tantas cosas que no sé, tantas que da miedo pronunciarlas sin saber su por qué, y en el hálito perfecto en que vive en mi pensamiento, respiro y digo: "¿podría ser mi alma tan eterna como la sonrisa de un niño?"

03:30 am

Quiero dormir, y no puedo. Puedo escribir, pero no quiero. Entonces, ¿qué hago en la computadora en vez de rayar mi cuaderno?

El Último Cigarrillo de una Caja de Veinte

Estoy esperando a que haga efecto éste ibuprofeno. Aunque, ¡qué inútil esperar a tener ganas de desear! Desear dormir menos y soñar más. Mi tierra seca y la lluvia maldita. Ven y haz fortalecer mis raíces. ¡Qué inútil crecer para desear lo que realmente querés hacer! El último cigarrillo de una caja de veinte ya no dura ni un día. Cuánto vicio en pocos días, cuántos mareos y monedas tiradas. El ropero tiene una puerta que no cierra bien y me enloquece de noche por alguna razón oscura. Y si usas bien la imaginación, ¿sabés qué hora son?

Día nublado

¡QUÉ IMPULSO ESE DE VIVIR CUANDO TE VEO TAN CERCA DE MÍ! No escuché tus pasos  y ahora elegante atraviesas todo mi paisaje. Tengo mis razones para quedarme dormida sobre tus rodillas. Tus rodillas rocosas y tus noches frías. Tu seno en la altura alimenta  mi tan simple vista.

El Tres es un número inventado

El agua contempla insegura la ciudad. La gente no hace nada más que molestar. Grito mudo entre los pasillos retorcidos de la sociedad que tampoco me deja pasar. Un estornudo colectivo, un cántico que compartimos. ¿A dónde están mamá y papá? ¿Por qué todavía no nos vinieron a buscar? ¿Y si en vez de opinar hacemos algo más? La máquina sulfura odio reprimido desde generaciones; y la flores no crecen de un solo brote. ¡Qué don menospreciado la paciencia! Vivo en la generación de la ansiedad y la urgencia, que ganó todos los títulos y como fiel canino terminan dominados. La arena queda pegada en los pies y no nos deja ir. Si supiera el buen pastor que cada oveja ahora tiene su propio corral y ninguna se anima salirse del horizonte de sus barras de metal. ¿Qué diría? ¿Qué haría? Quizás el lobo no se molestaría en comer una oveja que es tan fácil de cazar. Quizás, ya no quedan ovejas.  ¿Volverá la chispa traviesa e inocente a encender los recónditos espacios dónde vive el alma pura de cada

páginas de cuadernos usados vol.3

Me compré un ramo de flores y niguna es para tí Entonces, ¿qué carajos hacés aquí?  En mi pensamiento atolondrado. Emblema de lo puro y saturado.  Tiene tu rostro ese destello dorado que con franqueza limpia los ganglios inflamados de mi alma entumecida. Bruto. Bruto. Bruto. Muchacho, eres bruto. Finalmente (tarde) aclaras el asunto cuando libres eres de sustituto, y en su más vil encanto muere del susto. Piernas delgadas, ¿a dónde te vas? Entre la jungla primitiva y en el fondo del mar. Piernas delgadas, olvidé ese rostro celestial, será porque mucho has demorado en pasar. Piernas delgadas, ¿cómo estás? El viento le hace cosquillas a tus mejillas mientras vagas por los pasillos de la ciudad. Entre el ritmo erronéo de mi corazón que dice "amar" y mi razón que exclama "libertad" no sé cuál realmente me dice la verdad. Soleada la mañana y despertar en armonía. Contar las horas que faltan para el mediodía. Y estirarse, estirarse, e

Dejar

Tengo un tornillo en el zapato que no me deja mover. Oh, pues claro, será porque estoy esperando. Esperando sentada en la banqueta y él llega tarde. ¿Y para qué? Para que siga insistiendo sobre los mismos temas que no quiero hablar y dije que sólo darían problemas. Tengo una piedra en la bota e igualmente no estoy incómoda. Incómoda sí con las mil ráfagas de palabras que no he dicho. Las canciones que no compuse, los pasos que no he hecho. ¡Pero qué bueno es vernos bien! Y no te voy a mentir, la vida sabe muchísimo mejor sin ti.

Guitarrista

¡Ay guitarrista, cómo me hubiese gustado que fueses pianista! Así con tus sensibles manos me dirías, que volviste con ella el otro día. Ay, guitarrista, creí que eras un hierofante cuando tan sólo eras el bufón más grande. Ay, guitarrista, serás devorado por gusanos gigantes y zorras que se proclamen tu amante. Guitarrista, disculpame si alguna vez te sentí mío, díficil de razonar con tanto ruido. Guitarrista, viril tú vienes a proclamar tu destino, cuando no sabés que guardo mil gemidos. Guitarrista, ¡qué despecho! Vienes por las noches a comer mi pellejo, haciendo así olvidar tu rostro de pendejo. Ay guitarrista, vi que disfrutó la vista cuando le sonreía, mientras que usted dominaba desde arriba. Ay guitarrista, soy una más en su lista, en la lista de mujeres que visita, cuando su novia se queda dormida. Guitarrista, no venga con discursos moralistas, sé que usted prefiere una mujer que le avise cuando esté lista y ensuciar de sexo las sábanas limpias. Guitarrista, te

Invierno

Invierno, cruel tú eres. Has llenado de espinas los lirios más dulces. ¡Siénteme tuya como la lluvia! Alimenta las raíces de mis deseos, riega mis hojas amargas, limpia mis lágrimas de pétalo. El horizonte gris se delata y es tan sólo que de ti se empapa. Vienes a mi, gélido y confiable. ¿No te das cuenta que quiero estar en otra parte? Invierno, yo soy una cálida mañana de Octubre. Son más mis miedos de aprenderme tu nombre, que los de caer sobre tus andenes.  Invierno, me has hecho presa de tus caprichos. No quieres que nadie sepa de mis gritos de auxilio. No serás eterno en mi ni en nadie y los demás Santos volverán a buscarme.

El ventilador siempre gira

El ventilador siempre gira, la luz no existe en la habitación. Nuestro miedo a la soledad, yo diría. No me extrañarás, yo no soy canción. Estaré bien, al igual que tú. Porque no importa nada, porque fue mentira del sexo que tú, te proclamaste como mío. Serpiente, acumulas todo y luego lo escupes. Y te arrastras, sucia, venenosa, asesina. No veo ni una gota de paz y la guerra sigue. ¿Qué importa el corazón cuando te cortan la respiración?

Invernar

Cuando se alejen las gélidas noches y sol amamante con su calor la tierra, saldré. La ventana empañada delata todo lo que dijiste a media mañana. Todavía no voy a salir. Escucho rugir la gotera del baño al fondo a la derecha. ¿Quién me desviste así, con la luz tan estrecha? Nuestra inseguridad pasional es un lujo que sólo nosotros nos sabemos dar. Pero me he quedado apretada en la situación y no he tenido deseos de manisfestarme al ritmo de ningún tambor. Te haré cumplidos que rechazarás y sé qué yo haría lo mismo si estuviese en tu lugar. Del bien vienen aquellas dudas que tuve que animarme a preguntar; ¿nos merecemos lo que en realidad venimos buscando? Mudo, inmóvil, mirás para ambos lados y no encontrás ningún cómplice, los pequeños monstruos que te susurran qué decir, están durmiendo. No estoy en la penumbra, la luz bien sabe llegar al rincón donde estoy. Vivo en el paraíso dónde van todas los pares de medias perdidos. ¡Y por un susto te vas! ¡Otra alma te va llorar! Al calor q

Cuchillos, navajas, venenos y poesías

En el día que el sol no salió pensé que sería el peor. Las aves huyeron al sur y el suelo se desvaneció. Los árboles desnudos  ven cómo sus ramas,  raspan al viento  y éste furioso, los tumba uno por uno. Voy por la calle solitaria, inclinando la mirada hacía la vía. El tren me toma por distraída. Pero es sólo un sueño y me tiro por la cornisa.

Carta para un mes después

(junté todas las cartas que le dediqué a un amor frustrado y nunca envié) Quiero que sepas que es la segunda noche consecutiva que me cuesta poder dormir y tengo esa necesidad pomposa de escribirte. No te saco de la cabeza ni por un segundo, todo lo que hago se me asemeja a vos. Hasta la gente que camina a paso lento por la calle. Estoy pisando la misma piedra de siempre, que me hace creer que estoy enamorada, probablemente me caiga y espero tener varios colchones que alivianen mi aterrizaje. Jamás quise declarar mis verdaderos sentimientos en persona y estoy segura que te sorprendí en el segundo en que me viste detrás de la puerta del bar. Y todo lo que vivimos, me lo guardo para mí, y en los momentos como ahora en que no puedo dormir. Para distraerme trabajo, salgo, fumo lo que encuentro y tengo sexo con otros tipos, hasta que te decidas y terminemos las noches juntos. Para que se hagan día y así pasar los mediodías mirándonos el rostro mientras esperamos que el agua hierva

Niño Enclenque

El enclenque foragido, historia de un niño olvidadizo. No sabe muy bien cuál es su camino, pero piensa que es mejor la comodidad del barrio.  El niño enclenque dobla los cubiertos y los deja de usar por eso su vajilla no le sabe durar. Niño enclenque, rompe los platos del amor y destino porque él se cree rumbo perdido. Niño enclenque, tú no sabes cantar pero perfectamente puedes recitar todo lo que no quieres escuchar. Ahora hombre enclenque tú eres, el fiel reflejo de tus ancestros. Recitame más, niño enclenque, esa maravilla viril que tú eres. Si supiera la ama de casa que ni cucharas tú ni tienes, te dejaría otra vez por el mismo bobo de siempre. Niño mío, ¿qué has hecho con tu pureza? No sabés cuánto vale siquiera tu propia cabeza, has vendido tu alma por otro trago de cerveza, sin importarte a quién le cierras la puerta. Niño enclenque ya llegará tu día, y tardará la noche, pero para ese día, niño, tú tendrás que valerte más por las rimas que por tu número inexistente de conq