Carta para un mes después

(junté todas las cartas que le dediqué a un amor frustrado y nunca envié)


Quiero que sepas que es la segunda noche consecutiva que me cuesta poder dormir y tengo esa necesidad pomposa de escribirte.
No te saco de la cabeza ni por un segundo, todo lo que hago se me asemeja a vos. Hasta la gente que camina a paso lento por la calle.
Estoy pisando la misma piedra de siempre, que me hace creer que estoy enamorada, probablemente me caiga y espero tener varios colchones que alivianen mi aterrizaje. Jamás quise declarar mis verdaderos sentimientos en persona y estoy segura que te sorprendí en el segundo en que me viste detrás de la puerta del bar. Y todo lo que vivimos, me lo guardo para mí, y en los momentos como ahora en que no puedo dormir. Para distraerme trabajo, salgo, fumo lo que encuentro y tengo sexo con otros tipos, hasta que te decidas y terminemos las noches juntos. Para que se hagan día y así pasar los mediodías mirándonos el rostro mientras esperamos que el agua hierva.
En mi cuaderno me escribiste "chica gas" y en los alrededores había toda declaración pública mía de amor pero no viste nada. Y pensé lo mal que me sentí la otra noche cuando me subía al taxi y no sabía qué hacer y por miedo no te besé. Tengo tantas preguntas para hacerte que no quiero saber las respuestas, entonces callo. Tengo miedo, miedo de lo que digas, miedo a que sea muy bueno, miedo a que sea malo, y el peor de mis miedos es que no sepas qué responder. ¿Vos qué sentís? ¿Te gustó? ¿Me extrañás? ¿Aun estás con tu novia? ¿Por qué al estar contigo las horas sienten congeladas y no existe nada más que la eternidad?
Jamás verás éstas cartas, ni mis cuadernos, ni nada parecido. Sólo lo que te dije, y todo aquello que pudo haber sido.

Te extraño como calor de verano, una brisa tibia. Te extraño porque desgraciadamente es lo único que puedo pensar. Te extraño desde lo más alto de una montaña de pensamientos, hasta el precipicio hondo de mi alma. Te extraño como el aroma a la rosa. Te extraño en lo material y la pura metafísica. Una nostalgia que anhela mi cuerpo. Te extraño como las cuerdas a mi guitarra. Como un marinero extraña el mar. Si te extrañara más volaría y sería un cometa viendo por cual calle aparecerías. Quiero conocerte y caerme en vos y nadarte de arriba-abajo. Y si pudiera extrañarte más de lo que hago, ¿dónde estaría? Perdida vagando por los pasillos de ésto a lo que llamamos vida. Te extraño como un dulce recuerdo, como una canción que no ha sido escrita pero dentro del músico habita. Te extraño y en él, el cosquilleo que me viene en la panza cuando te veo. Por favor, no me hagas olvidar las sensaciones que se funden cuando nuestros cuerpos se mezclan. Extraño tus enojos y tu sonrisa maquiavélica. Extraño tu desnudez y tu manera de pensar. Extraño el olor de tu pelo y la forma en que te movés. Extraño tus ronquidos y la forma en que acaparás toda la cama. Extraño tu hablar, el timbre de tu voz y todo lo que me genera. Te extraño casi todos los días de la semana. Te extraño de mil maneras y con los días contados.

Te pido una cosa por los dos: no me dejes extrañarte más de lo que puedo, soy una canilla de emociones mal cerrada. Extrañarte tiene su precio y no sé si puedo pagarlo. Hagamos de cuenta que no te extraño nada y vení a visitarme lo antes posible. 
Sólo me resta dormir y esperar a verte de casualidad.




V.



(2016)

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