Cuchillos, navajas, venenos y poesías

En el día que el sol no salió
pensé que sería el peor.
Las aves huyeron al sur
y el suelo se desvaneció.

Los árboles desnudos ven cómo sus ramas, 
raspan al viento y éste furioso,
los tumba uno por uno.

Voy por la calle solitaria,
inclinando la mirada hacía la vía.
El tren me toma por distraída.
Pero es sólo un sueño
y me tiro por la cornisa.

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