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Mostrando entradas de agosto, 2013

Amar I

No proyecto a futuro Pero vi un un futuro cercano Ayer recordé su textura al hablar y las palabras amargas Soy halgazán para ir a buscar todo lo que me hace feliz Hoy le sonrío a otra cara pero no olvido avellana mirada Aún quedan cenizas que pronto se convertirán en nuestro fuego Ojalá que el tiempo nos espere, si es que aún queda Soñé noches en vela, mientras saboreaba labios ajenos Corazón, hoy está la luna llena.  Olvidemos nuestras leyes y bailemos hasta el amanecer

Alfombra animal print

Lloré hasta tener un ataque de pánico. Una hora. Una puta hora llorando. Uno no le teme a las palabras hasta que alguien las mezcla, les da otro sentido y nos hace caer despedazados al suelo, cual si fueramos nada. Hace años que no lloraba tan fuerte y tan intenso. Caí en el suelo llorando, como chica de quince que agoniza porque el chico de sus sueños no la acompañó al baile de graduación. Las alfombras me protegieron del piso frío. Una de ellas era de lana y la otra de animal print. No hemos hablando por horas, ni un mensaje, nada. Siempre creí que esas cosas eran simples exageraciones hormonales, y que en realidad era todo una farsa, para llamar la antención. Me di cuenta que no. No todo es lo que parece. Aún no estoy lista para hacer la famosa "llamada de reconciliación" de esas que pasan en cualquier estúpida pelea idiota que a la media hora o menos nos hace llamar a la otra persona y hablar sobre el tema un rato, para luego irse por las ramas y terminar a las ca

"i"

No tengo plata para comprarme una caja de cigarillos y estoy nerviosa.  Hoy mi hermana fue testigo de una pelea entre hombres y perros. Hay una guitarra al lado mío, con ansias de que sea tocada, jamás pude tocarla y me culpo a mí misma. Suelo ser bastante ambiciosa cuando se trata de pedir, pero en realidad, existen pequeñas cosas que, me hacen feliz. Cada tanto un mensaje inesperado, es un lindo detalle. Que me esperen con un té recién hecho, me encanta. Que el sepa cuántas cucharadas le pongo al azúcar eso nos convierte, ¿en qué?. Hay una fiesta este sábado en la casa de un conocido. Como es la Noche de la Nostalgia, la selección de música sería oldies sea desde rock hasta cumbia, posiblemente. No estoy invitada aún, quizás me invite, es conocido el mío, pero no lo sé, "i" va a estar ahí, y creo que a él no le gusta que esté en el mismo lugar cuando se está divirtiendo con sus amigos. No sé, espero que no. Ayer fui a una exposición de arte de un amigo, muy linda e inte
Hoy me desperté libre y sin ataduras, jugué con el viento Me hice su amiga y juntos bailamos hasta caer rendidos.

La Dominguera

No sé por qué aún sigo despierta. No es un fin de semana común pero tampoco es diferente a los demás. Los domingos siguen siendo deprimentes. No importa el día. Pero si pudiera haría lo imposible para que no lo fueran, pero se que van a seguir siendo, es algo universal. Son de esas cosas que querés cambiar pero por más que quieras, por más cuantas cosas que hagas, por más risas compartidas, por más lágrimas derramadas, por más gritos de alegría o de furia, por más besos que des, los domingos siempre en cualquier momento, en cualquier segundo, vas a terminar diciendo con una voz un  poco amargada: "Es domingo". Escribiría tanto sobre el domingo, es el día que más odiamos pero en sí, creo que es el que más recordamos. Es decir, lo clásico del domingo es pasarlo en familia, juntarse en la casa de algún familiar y hablar sobre los acontecimientos que pasaron en la semana. Siempre hay alguna que otra discusión que termina en un silencio incomodo, pero por un par de segundos. No

Atontada/Mañana/Quizás

Estoy comiendo un chocolate Milka, frustada porque tenía dos y mi hermana se comío uno. La estufa le está dando calor a mi pierna derecha, la izquierda tiene un poco de frío. Mi espalda me duele, pero ya es un dolor al cual ya me acostumbré como a otros. Por ejemplo está ese dolor en el arco del pie, que de chica lo llamaba "guín-guín", a veces si camino con mis All-Star rojas, [un rojo ya bastante añejo y mal lavado] desgastadas, que ya ni casi suela tiene, me empieza a doler el ya conocido "guín-guín". Pero eso es culpa mía. Tengo que aprender a usar zapatos comodos y con buena plataforma.  No me gustan los médicos, sobretodo los que siempre llegan tarde y te atienden como el culo, o hasta quizás te tiran un chiste malo, de mal gusto y terminás ofendido. Me pasó. ¿Pago por una sociedad médica encima católica para que me atienda este reverendo hijo de puta?  Me molesta a veces esa constante manía que tienen algunas parejas en publicarse todo en el muro del ot