páginas de cuadernos usados vol.3

Me compré un ramo de flores y niguna es para tí
Entonces, ¿qué carajos hacés aquí? 
En mi pensamiento atolondrado. Emblema de lo puro y saturado. 
Tiene tu rostro ese destello dorado que con franqueza limpia los ganglios inflamados de mi alma entumecida.
Bruto. Bruto. Bruto.
Muchacho, eres bruto.
Finalmente (tarde) aclaras el asunto cuando libres eres de sustituto, y en su más vil encanto muere del susto.




Piernas delgadas, ¿a dónde te vas? Entre la jungla primitiva
y en el fondo del mar.
Piernas delgadas, olvidé ese rostro celestial, será porque
mucho has demorado en pasar.
Piernas delgadas, ¿cómo estás? El viento le hace cosquillas
a tus mejillas mientras vagas por los pasillos de la ciudad.
Entre el ritmo erronéo de mi corazón que dice "amar"
y mi razón que exclama "libertad"
no sé cuál realmente me dice la verdad.



Soleada la mañana y despertar en armonía. Contar las horas que faltan para el mediodía. Y estirarse, estirarse, estirarse alto hasta recordar que está la bella vista al mar. Olvidar el reloj y tirarse a nadar. El mediodía tardará en llegar. Soledad y quietud. Liviandad. El acto crucial de una teoría díficil de refutar. El encanto del olor matinal no se puede comparar. Tibia temperatura del tercer café pero no se preocupe todavía faltan minutos para las diez.

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