Rambla República Argentina esquina Paraguay
Arriba la primavera venía,
e hizo que la lluvia
no se presentase ese día.
Con esmero y rápidez él diría
algo que nunca sospercharía
"Te quero pero no de esa forma, querida."
Las manos sudaban, mi sangre hervía
y ese incómodo silencio que se repetía.
Ya no hay nada que empeore el día.
Las lágrimas no se escondían
y soltó en darme las "gracias"
cuando no lo merecía.
El reloj a lo lejos corría,
y yo en ésta burbuja
que en dos segundos explotaría.
Mi respuesta la cuento otro día
porque recordar abre la herida.
Y un beso en la frente me dejaría.
Juro que lloré hasta el mediodía
sentada en el mismo lugar
creyendo tonta que se había acabado mi vida.
e hizo que la lluvia
no se presentase ese día.
Con esmero y rápidez él diría
algo que nunca sospercharía
"Te quero pero no de esa forma, querida."
Las manos sudaban, mi sangre hervía
y ese incómodo silencio que se repetía.
Ya no hay nada que empeore el día.
Las lágrimas no se escondían
y soltó en darme las "gracias"
cuando no lo merecía.
El reloj a lo lejos corría,
y yo en ésta burbuja
que en dos segundos explotaría.
Mi respuesta la cuento otro día
porque recordar abre la herida.
Y un beso en la frente me dejaría.
Juro que lloré hasta el mediodía
sentada en el mismo lugar
creyendo tonta que se había acabado mi vida.
(invierno, dos mil quince)
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