para N.

(retazos de mi diario de viaje por Argentina mayo-julio 2016)


Te hice una carta mientras te veía dormido, probablemente no la hayas leído.
Decía que muchas gracias por las buenas noches y todos lo errores que no cometímos.
La carta va con miedo de perderte sobrio, de que ya no me recuerdes del modo en que yo quiero.
No tengo miedo a tu olvido y con agradecimiento te digo qué bueno haberte conocido.
Sé que jamás nos volveremos a ver, y sé perfectamente lo que no olvidaré y es ese silencio que se produce cuando me miras fijo y sé claramente lo que tú has dicho.

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