Líneas Paralelas

Luego de haberme pintado las uñas de color moderno, decidí que ya nada me sorprendería. Tal vez, aún sigo pensando que soy impredicible. 
A veces camino y el impulso me dice hacía donde ir. Quizás sea que mi mente es bastante dócil cuando de impulsos se trata. Creo que siempre lo supe pero jamás quise reconocerlo. Somos todos un poco dóciles hacía los impulsos. Sobre todo cuando entre medio existe una persona, tal vez esa persona no es la suficiente razón como para tener un impulso. Si no que, es lo que esa persona genera. ¿Cuántas veces llegué tarde sea a donde sea por un par de caricias más? o un par de besos y demás.
Tardé tiempo en darme cuenta de que nada es cuestión de suerte. No creo en el destino. Creo en las decisiones que uno toma a medida que pasan las horas. Todo es una decisión. Desde las palabras hacía donde caminamos. A quién le rechazamos amor y a quién se lo damos. Puede que los sentimientos influyan, puede que sí. Pero puede que estén combinados. De esas cosas que todos sabemos que ocurren pero jamás nos atrevimos a preguntar cómo funcionan. 
Jamás fui buena para crear nombres. Tampoco para esconderme. Siempre fui las primeras que encontraban en las escondidas. No es que haya jugado mucho. Para mí nunca fue un juego importante. 
Mi cabeza es bastante complicada y para nada metículosa que lo menos que puede ser, es una cabeza ordenada. Así que, por ende no podría jamás poner cosas en orden o clasificarlas según ciertos criterios, ya que no puedo ni hacerlo ni conmigo misma.
Lo irónico de todo es que mi meta ahora, es poder trabajar como vendedora en cierto lugar de ropa para dama. Como dije, es irónico porque mantener mucho tiempo con un público me parece algo irritante y mucha de la clientela tiende a ser gente de clase "alta" y no me llevo muy bien con ese tipo de gente (sin generalizar, claro está). 
Como dije, como no tengo ningún criterio de órden en mi cabeza se me hace imposible poder tener una línea recta de escritura y/o pensamientos. Siempre lo fui. Quizás sea por eso que algunas personas no puedan soportarme. Tal vez sea por otra razón pero es de poca importancia. 
Nada de lo escribo tiene mucho sentido para mí ya que es puro impulso.
(Me gusta recorrer su torzo con mi dedo índice. Típico cliché y bien simple.)
Los títulos los pienso a lo último no es algo que me pongo a pensar pero, ¿a quién mierda le importa?, con un par de palabras que suenen bien y sean atractivas cualquiera vende un libro.
De personas corrientes a grandes trovadores de la escritura, y ahí me despido.

Comentarios