Luxemburgo

En mi Santo poder de romper tu estado de ánimo más rápido que una bala-mala, me refiero a tí como creador supremo de fé, dando vueltas en las charlas como un carousel. Me miento y me miro en el espejo, los botones de mi alma no están rotos, están hundidos por tanto palo que le dí, como control remoto que falla, dale dos cachetadas y probá si apaga. No me rindo fácil pero creo que sí, los animales son amigos del hombre bueno hasta que éste se aburra los coma y en jerarquía de falsa belleza los cuelgue en la pared. ¡Y qué premio! La mujer sumisa en su papel de princesa, en la fotografía no aparece porque se quedó armando la mesa, para que los hombres más grandes puedan degustar los platos desbordantes, y criticar su sabor después, en el nombre del buen arte de comer, ¡y ella en con un estómago que ruge desde del primer año de vida, espera sentada tranquila a que le llegue la sopa fría!. En un rencor tan abierto como cautivo se incerta mi duda de órden idílico; ¿por qué todavía tengo que usar vestido? ¿por qué mis piernas tienen que estar siempre suaves y sin pelos? ¿por qué mis ideas siempre valen menos? ¿por qué por más libres que seamos nos reprimen más y más? ¿por qué nos matan y tiran nuestro cuerpo al río? ¿por qué es tan díficil ser mujer?.
Los severos contestataríos de siempre dirán "bueno, el mundo es así, ajo y agua, unos pierden, otros siempre ganan" "lo que pasa que es que hay que aceptar los roles que tocaron, uno no puede pretender más de lo que es." Entre otras barbaridades que son típicas de mente de hombre, de pene majestuoso que se para eréctil siempre y no falla. Yo no nací con tal abrupto seleccionador de futuro, pero tengo algo mejor, mi mente. No me ayuda mi pasado y mucho menos mi apellido, no nací en una cuna de oro, nací en una de madera forjada de barreras del mismo material armada a mano por mamá y papá. Es mentira del rico decir que "nada viene desde arriba", porque bien lo sabe que su pasado, presente y futuro, se rige así. Porque unos tienen que perder para que otros puedan ganar.
Nadie sabe la población total de Luxemburgo, mucho menos ubicarlo en el mapa. ¿Cuál es su capital? te preguntarás. Pero no te hablo de eso, querido, para nada. Yo te digo que lo estudies por el apellido, ahí verás mi punto de vista, y todo lo que eso ha construído. Sin dar más vueltas, me retiro a pensar que podemos estar juntos de la mano en éste momento, pero vos tenés tus cosas, tus horarios, tus problemas y tus quejas. Y yo creyendo que podías sentarte bajo mi ventana y ver cómo se refleja el mundo desde el otro lado de la calle. Qué pensamiento tan bobo.

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