Muy intímo

 Así queda el cuarto cuando te vas:
Con la cama destendida, la ropa en el piso, el aire de nuestro ciclón de amor, la persiana baja, los recovecos calientes que aun quedan, el perfume tuyo en mi almohada, en mi cóctel de frazadas que se mueven toda la noche y nos deja fríos, el tibio suspiro que aun queda en mi cuello.
Así queda la mesa de luz cuando te vas; 
el café con dos de azúcar apenas sin tomar porque no lo tomas porque está muy caliente y a los minutos lo olvidás, tus uno, dos, tres, cuatro cigarrillos que para cada uno hay una pregunta de por medio.
Todo sigue intacto, como lo dejamos, sin tirar nada, sin tratar ni de abrir la persiana, todavía no puedo cambiar de aire, apenas sí levanté las medias.
No tengo excusas, me pongo floja, me limito a pensar en esas cosas, no tardaré más de un segundo en llorarte y no crees que nada de ésto me pueda afectar, yo me voy, y nos rompo el corazón, ¿cómo hago para reparar algo que todavía no pasó? Nos quiero salvar de mil y una forma. Los árbitros declaran tiro libre y es mi turno de patear, no quiero perderme en el cántico de la muchedumbre y desde acá es imposible llegar, ¿te tiró un pase y marcás el gol? Con una condición, el festejo del grito es para los dos.

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