Octubre

Nueve minutos antes de empezar el día de mi aniversario número veintidós, te escribo una despedia de mis veintiuno que supiste ser parte tantos meses.
Las palabras no significan nada sin la espada afilada y protectora del sentimiento que lo respalda. Los anaqueles del súpermercado del amor supieron ser grises, vacíos, salvajes, excitantes, tenebrosos y por sobretodas las cosas, solitarios. Hasta que tú. Es mi tercer y último intento de parecer más intelectual de lo que puedo ser. Mi amor por tí es arcaico, renovado y revolucionario. Olvidé el hábito de leer, de limpiar, de ser sana y cuerda, de olvidar lo que no se puede. Las grietas de mi autoestima baja se delatan en mi persiana que no baja del todo. Mi puerta y ventana están rotas, estoy siempre expuesta, entra el frío y calor por cualquier parte. Unas lenguas andan diciendo que a vos y a mi nos cortaron con el mismo filo de una tijera para zurdos. ¿Cuántas veces nos cruzamos y no nos dijimos nada? Inexplicablemente nuestros caminos no se cruzarían hasta que una noche vieras y creyeras, que en ese lugar oscuro, había un ángel. Historia que años después entendería y quisiera revivir. Lejos de la agonía tuya por nunca más verme por casi año y medio, nos cruzamos de vuelta, ahí mismo, a la vuelta de tu casa con un vino y una persona más de por medio. No recuerdo qué dije que hizo que te rieras pero quisiste verme de vuelta, una y otra vez. 


Larga lista de pretendientes en partes iguales para ambas partes y cuando hablábamos no podíamos dejar de mirarnos a los ojos, no sé si era una señal, pero estaba ahí y vos ya lo habías visto y lo descartaste y yo incrédula, nula de pensamientos como siempre, casi llego tarde a subirme a tu tren. Ocho meses después, nació, re-nació, ésto, ahora lo que vos y yo nos hacemos llamar "amor".

Ésta es una confesión de amor enclenque, fállida de expresiones de lo que me haces sentir fuera y dentro de la cama, sin perfumes ni flores rojas que lo maquillen, original en cierta manera y por sobretodas las cosas, un recordatorio de todo lo que puede pasar. Puede que sea todo lo ambos quisimos. Quise llamar éste texto "Inseguramente Tuya" pero me di cuenta su inválidez; no puedo ser insegura y auto proclamarme como tuya, no quisieras alguien así a tu lado. Nunca. Ni siquiera a mí. Así que lo llamé "Octubre" por tu nacimiento y porque fue el mes en el que nos conocímos.
¿No hay nada más dulce en el mundo que besar mientras hacés el amor? Seguramente sí, que te den la razón pero se acerca mucho, así que capaz, están empatados.

Ahora estás por venir borracho a mi casa. Llega un mensaje, estás abajo.

Te quiero(mucho).

Comentarios